FANTASÍA METAFÓRICA
Autor: Eric el Rojo
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"Los seres humanos formamos parte del todo al que llamamos "Universo", una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Nos vivimos a nosotros mismos, y vivimos nuestros pensamientos y sentimientos, como algo aparte de lo demás; padecemos una especie de ilusión óptica de la consciencia, que a la vez, se transforma en una ilusión que nos somete a nuestros deseos personales, y al afecto de unas pocas personas, las más próximas a nosotros. Nuestra tarea debe consistir en liberarnos de esta prisión, ampliando nuestro círculo de comprensión hasta abarcar a todas las criaturas vivientes y a la totalidad de la naturaleza en su hermosura".
Albert Einsten
Lo que estas a punto de leer, te servirá de auto-ayuda para el despertar, sólo dependerá de ti.
Casa: Metafóricamente hablando, se podría asociar la casa con el cuerpo humano, el vehículo que utilizamos en esta vida de usar y tirar, algo que tiene fecha de caducidad.
Puerta tapiada: Lo que negamos. Educación recibida, frustraciones, traumas. Entrada al inconsciente personal, lo que guardamos muy oculto, que no queremos que se muestre a los demás. Como veremos más adelante nuestro protagonista, tenía la necesidad de comprender y conocer los interrogantes de su vida, la repetición de circunstancias que no deseamos. Nuestras máscaras.
Escalera: Bajada al inconsciente personal.
Saturno: Guardián del umbral; Cronos. El señor del tiempo...
Sótano: Morada del inconsciente, vigilado por Cronos.
Puerta vigilada por Saturno: Entrada al inconsciente colectivo "alma"
Nunca olvides el poder del pensamiento, sólo a través de él puedes hallar la felicidad, él es la llave para acceder al sótano…
BREVE DESCRIPCIÓN DE NUESTRO PROTAGONISTA “Teseo”
A sus 10 años sus padres fallecieron en un accidente de circulación. Teseo se quedó sólo viviendo en esa casa, su tía colaboraba en la limpieza de la casa y la preparación de la comida, cumplió 16 años y nunca supo nada de su tía, ésta consideraba que un chico con esa edad tiene que valerse por si mismo, ésta era muy roñosa, sólo le importaba ser como las hormigas, algunos meses no llegaba a tocar su pensión de viudedad, prefería privarse de comer que gastar su dinero, gastar era como extirparle un órgano, se había convertido en una enfermedad, la sombra de la avaricia creció tanto que dominaba toda su personalidad.
Teseo tenía que enfrentarse a la vida el sólo, cumplió 19 años. Aunque, hacía 2 meses conoció a una chica “Ariadna”, que a veces le ayudaba en las tareas de la casa, ambos se sentían muy atraídos.
Era un chico más bien introvertido de pelo castaño claro y rubio, ojos gatunos de un azul intenso, mirada muy penetrante que desnudaba a la persona observada. Piel blanca y labios finos, físicamente de buena constitución atlética, de una mezcla de temperamento colérico y sanguíneo, aunque su adolescencia no expresó dicho temperamento en su plenitud debido a los eventos negativos que tuvo que sufrir, convertido en un ermitaño, chico poco sociable y algo depresivo, puesto que el recuerdo del accidente de sus padres, generó un cambio brusco y negativo en su vida, sus únicas salidas eran para realizar trabajos precarios y subsistir prácticamente un poco mejor que la simple indigencia. A veces, intentaba olvidar dándose a la bebida y así evadir la realidad de la vida, aunque le gustaba hacerlo a solas y quedarse en casa. No obstante, su nueva relación con Ariadna estaba cambiando su estado emocional.
El día amaneció lluvioso, ése día se manifestó al unisono con su estado melancólico y empezó a recordar, lo negativo de su juventud, la pérdida de sus padres, la soledad, y cuando esa retahíla de pensamientos negativos se filtraban en su mente, la depresión y la angustia de vivir se apoderaba de él y cometía el error de empezar a beber, lo que en vez de solucionar su angustia, la agravaba un poco más.
La casa disponía de la cocina, comedor, salón en la planta baja, y las habitaciones en la parte superior, la bombilla del techo que alumbraba la entrada a las habitaciones y la escalera estaba fundida, Teseo pensó cambiarla, subiéndose en la barandilla, evitando así la fastidioso tarea de ir al cobertizo y subir la pesada escalera de hierro que tenía allí, su estado anímico debido a la injerencia de alcohol, lo hacía sentirse seguro de si mismo, por lo que dio un salto y ascendió encima de la barandilla, se estiró todo lo que pudo para desenroscar la bombilla…
BUSCANDO EL SIGNIFICADO DE SU VIDA
Teseo, todavía recuerda veladamente cuando sus padres realizaron unas obras en casa, en la reforma anularon una puerta, una puerta que daba a una escalera descendente a un sótano, él tenía aproximadamente 3 o 4 años de edad.
Llevaba años pensando lo mismo, recordaba que había una puerta donde ahora era todo una pared, aquella transformación, aquella supuesta puerta, le invadió la curiosidad, aunque dudaba si todas aquellas imágenes difuminadas que recordaba, eran una realidad o simplemente un producto de su propia imaginación.
Empezó a rondarle por la cabeza toda aquella reproducción, fantaseaba como podría ser el interior y ¿porqué anularon la puerta? Se preguntaba ¿Sería el resultado de una invención creativa fantasiosa, una ilusión de su propia mente? La única alternativa posible era comprobarlo, y así aclarar sus dudas.
Agobiado por sus inherentes pensamientos, y la necesidad de satisfacer la sed de su curiosidad, decidió derribar la pared, hasta dejar al descubierto la puerta de hierro, como bien pudo comprobar era real.
El primer problema en que se encontró, fue que estaba cerrada con llave, por su cabeza empezaron a fluir infinidad de ideas ¿como puedo abrir esta puerta? ¿donde estará la llave? Y sobretodo, por qué la ocultaron.
Durante mucho tiempo permaneció la frustración, la inseguridad y la indecisión que acababa de realizar. Estaba decidido de llegar hasta el final y descender, posiblemente así podría encontrar y solucionar el paradigma de la ocultación de la puerta, y así poder descender al sótano.
Pasaron 2 días y muchos intentos de abrir la cerradura confeccionándose una ganzúa e intentando simular una llave infructuosamente.
La frustración se apoderaba de Teseo, y se preguntaba porqué la vida se ensañaba y le castigaba siempre cruelmente, y no le facilitaba el éxito y la bonanza que otros conseguían con suma comodidad.
Recordaba, lo que le decía a veces su padre, "el que sigue la consigue" y "querer es poder". Por ello, se empecinó en que tenía que conseguir abrir la puerta y no caer en el desánimo y la rendición.
Teseo, extenuado se fue a su habitación, se puso el pijama y se tumbó en su cama, inspiró y espiró profundamente para relajarse, momento en que pensó, que podría consultar a un cerrajero, y finalizar con esa intriga, ese pensamiento le dio un aire de optimismo y de seguridad.
Por la mañana se levantó, cargó los sacos de escombros que todavía guardaba en su garaje, al llenar el maletero de su coche, comprobó que una de las ruedas delanteras estaba totalmente desinflada.
Empezó a maldecir su suerte, las herramientas para arreglar la rueda estaban debajo de los escombros en un hueco del fondo del maletero, para evitar la pesada faena de descargar y luego volver a cargar, pensó que posiblemente, en el cobertizo donde habían herramientas y piezas de automóviles, probablemente, encontraría los utensilios necesarios para poder cambiar la rueda, le llamó la atención una vieja caja de hierro que perteneció a su padre, rebuscando en su interior, en el fondo, entremezclado con tornillos y herramientas, había una llave oxidada, que casi con toda seguridad tenía que ser la que necesitaba.
Presintió que era una señal, algo o alguien le había ayudado, pensaba: ¿será mi ángel de la guarda? De repente, después de tanto maldecir agradeció el pinchado de la rueda, siguió pensando que se trataba de un mensaje...
Sin más dilación, olvidó todo lo que estaba haciendo y se dirigió hacia la puerta con la llave en la mano, la introdujo y efectivamente con casi toda seguridad se trataba de la correspondiente y legítima llave, aunque una vez en su interior no giraba, no conseguía abrir, intentó hacer fuerza de giro suplementaria con la ayuda de unos alicates, desistió por temor a dañarla puesto que pensó que debía ser debido al oxido que tenía.
Utilizó lubricante que introdujo en el interior de la cerradura, luego roció muy bien la llave con un aerosol de “tres en uno”, dejó la llave a remojar en el interior de un recipiente recubierta por el antioxidante. Utilizó el resto del día a sus quehaceres.
La ilusión de vivir de Teseo estaba menguada, sólo veía la felicidad en las demás personas, esa parte, de la que él carecía, o así lo creía erróneamente él, es como si su pensamiento se hubiera congelado cuando le comunicaron la noticia de la falta de sus padres.
Pensaba que nadie podría quererlo, y que difícilmente una mujer podría querer a un ser tan monótono. A veces en su soledad se le escapaba ¡Maldito destino el mío!, maldecía a Dios por sus caprichosos designios.
Al siguiente día, se levantó un poco más animado, recordaba a su padre, cuando se encontraba con alguna dificultad en algún trabajo, solía decir: “Dios me ha dado estas dos manos, para poder hacer cualquier cosa, y si otro puede yo también tengo que poder”. Ese recordatorio, le convenció que hoy iba a conseguir su tarea de abrir la puerta y descubrir su interior.
Se preparó un buen café con leche y unas tostadas, y acto seguido cogió la llave, que parecía casi libre de oxido, la introdujo en la cerradura, una vez en su interior práctico un poco de fuerza de giro, y la cerradura abrió, empujó y chirriando consiguió que la puerta se abriera totalmente.